Hubo un tiempo en que la palabra melancolía cobijaba una curiosa
gama de síntomas: amargura, tristeza, depresión, frustración, y desde ya,
melancolía. En ese mismo tiempo, hubo un cómico, Piotor, que reunía tras sus
dichos a las multitudes deseosas de un desahogo. Sus espectáculos eran
festejados por cientos, algunos dicen “miles”, de personas cada día. Hacían
cola en su teatro aún en los días de frío y lluvia, y claro, los de sol. Piotor
despertaba la risa o a veces simplemente la provocaba. Su nariz inverosímil,
sus orejas excesivas y su voz de flautín desafinado hacían reír a la gente que
se ríe del prójimo como una singular manera de evitar el llanto propio.
Era una gloria ver la cola de hombres, mujeres y niños, y, desde ya,
la de los melancólicos. Todos tras el remedio infalible de la risa, como decía
una vieja revista de dudoso origen. Hubo también en ese tiempo, un médico que
descubrió el valor curativo de la risa que es como descubrir la importancia del
agua para la sed. Y a todos sus pacientes, hipoacúsicos, hepatíticos, tísicos,
hemofílicos, y sobre todo, melancólicos, los mandaba con dos pastillas blancas
en su bolsillo y la recomendación de ver Piotor, donde éste se encontrara.
Pero un día, siempre hay un día y aquí también, el médico recibió en
su sala de médico a un señor muy triste, muy cabizbajo y muy silente.
Demasiado. El galeno lo miró, miró su vademécum y sabiamente diagnosticó al
punto: melancolía. Y escribió en la receta: “Dos pastillas blancas y una
función de Piotor”. El hombre muy triste, muy cabizbajo y muy silente miró la
receta con escepticismo. Luego levantó sus ojos que parecían venir de la
lluvia, y le dijo, quedamente: “Doctor, yo soy Piotor”.
Nerio Tello
Imagen: Walter Kuhn. El payaso de la nariz larga
(Siendo niño escuché una historia
parecida. La recuperé de mis olvidos como pude, no sé quien la imaginó. A él se
la dedico)
A Paloma Alonso, in memoriam UNA PALOMA EN LA JAULA DEL RECUERDO Paloma Alonso, hija del pintor Carlos Alonso, desapareció el 30 de ...
¿Quién soy?
Mi nombre es Nerio Tello, y aunque no lo creas, es mi nombre verdadero. Soy periodista y también escritor. He trabajado mucho como editor (tanto en periodismo con en editoriales de libros) y desde hace muchos años doy clases sobre técnicas de escritura. Trabajé en radios y en diarios, edité revistas y he colaborado y colaboro con revistas culturales. Entre otras, Caras y Caretas, Todo es Historia, Cinco Sentidos, Nómada. Actualmente soy columnista del suplemento “Viajes y Turismo” del diario Clarín y de la revista V&T. Además escribo para la revista cultural Ñ y fui columnista de la Revista Digital Leemos y Mecenas, entre otras. Como dramaturgo y director de teatro he estrenado varias obras y en los años 2015 y 2016 escribí los guiones del ciclo Cultura para Principiantes, de Canal Encuentro. El año 2015 salió la segunda edición de mi libro Escritura Creativa. Guía de indagación y práctica literaria (Ediciones Ciccus), y en 2016: Crónica Narrativa. Qué es y cómo se escribe (Ediciones Ciccus). A finales de 2016 salió la segunda edición de Diccionario de Símbolos (Ed. Kier). En 2017, publiqué Brasas de Ulapes, un libro de relatos de infancia en mi pueblo en La Rioja. En 2018, Ediciones Hudson (Bs. As.) publicó mi novela Por qué es tan triste despertar. Y en 2020 está prevista la publicación de mi segunda novela, Teoría General de la Indecisión. También este año 2020 está previsto el estreno de mi obra teatral El otro Ulises.
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