UNA TEMPORADA EN EL INFIERNO / Arthur Rimbaud
19:06
Hay que ser absolutamente moderno.
Nada de cánticos: conservar lo ganado.
¡Dura noche! La sangre seca humea sobre mi rostro, y no tengo cosa alguna tras
de mí, ¡fuera de ese horrible arbolillo!... El combate espiritual es tan brutal
como las batallas de los hombres; pero la visión de la justicia es sólo el
placer de Dios.
Entre tanto, estamos en la víspera.
Recibamos todos los influjos de vigor y de real ternura. Y a la aurora, armados de una ardiente paciencia, entraremos en las
espléndidas ciudades.
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