…Y entonces la odié / Abelardo Castillo
15:03
Y entonces la odie, la odié con toda mi alma y supe que era
la última vez que sentía algo por ella, y la injurié, y la humillé sin piedad
pero con una tristeza inmensa, y la vejé hasta sentir en mi corazón su propio
odio y su propio desprecio. Y nunca volvimos a vernos. Y esa noche le agradecí
a Dios porque supo que Mara no tenía la culpa de nada.
De El que tiene sed,
una gran novela de Abelardo Castillo
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